Palmeras

Declaración de intenciones o cómo llegó a gestarse lo de las Palmeras:

Este trabajo nace a raíz de una fascinación por las Palmeras. Esta fascinación apareció (no) por primera vez dibujando una Palmera en Santiago de Chile, mientras cursaba el primer año de la carrera de arquitectura el año 2010.

Años después de ese episodio tomé un curso en la facultad de arte llamado “Croquis y Boceto”, estaba reprobando y el equipo docente del mismo me dijo:
Bueno trae más dibujos a ver si logras aprobar. Tenía una mañana para cumplir el objetivo por lo que me fui caminando lentamente desde mi casa hasta la facultad de arte dibujando lo que veía. Al principio dibujé rocas y esculturas de las placitas de la ciudad.
Luego fijé mi atención en las Palmeras del recorrido.
Finalmente aprobé la materia en cuestión, los dibujos quedaron en el casillero del viejo docente y son polvo en el viento supongo.

En mi último año (2017) de la carrera, el destino quiso que mi proyecto de título fuera en Arica, la ciudad más septentrional de Chile. Un oasis costero en medio del desierto de Atacama. Las Palmeras, en este caso de la ciudad de Arica, volvieron a aparecer una vez más frente a mis ojos y cerebro. Sin presión, ni pretensión artística o poética ni tampoco por algún interés en particular más que aprobar el examen de grado y recibirme de la puta carrera, saqué cientos de fotos de la ciudad.

Pasó el tiempo y en plena pandemia del COVID-19 durante la cuarentena berlinesa, vuelvo a revisar fotos del pasado.
Las fotos de Arica me parecieron exóticas y evocaban en mí cierta nostalgia, felicidad y ganas de rallar papeles. Observaba las Palmeras fotografiadas con la misma fascinación de antes, pero comienza una obsesión por representarlas.

A partir de estas circunstancias comienzo desde mi casa a dibujar y redibujar Palmeras de forma repetitiva.
Ésta práctica había pasado antes igual allá por el año 2016 por ejemplo.

El tiempo pasa como siempre y se puede volver a viajar. Y afortunadamente logro irmede vacaciones en mayo del 2021 dos semanas a la Isla de Mallorca, cuya ciudad capital se llama Palma.
Con lápiz, papel y un teléfono celular con cámara fotográfica dibujo y saco fotos in situ de Palmeras en la Isla como si no hubiese un mañana.

Ese mismo comportamiento-práctica se repite en Chile, en Génova, en las Islas Canarias, en la Isla de Sicilia y básicamente en todo lugar donde veía Palmeras.

Este trabajo busca sintetizar esta obsesión y fascinación que tengo con y por las Palmeras para tratar de insertarlas en una problemática o debate.
En esto quiero ocupar mi tiempo.